Rumbo a la declaratoria como
PATRIMONIO DE LA NACION.
El encanto de su Historia ...
Según la historia, el año 1751, el sacerdote español, García Guerrero quiso dar a su pueblo una imagen del Señor; para lo cual se decidió utilizar un tronco, del que había brotado sangre luego que un labrador le diera un hachazo.
Era de un árbol de cedro, encontrado en el cerro Zahumerio de Jililí. Tres hombres vestidos con impecables ponchos blancos de lana llegaron al pueblo de Ayabaca.
Trotaban sobre tres briosos caballos albinos. Eran artistas talladores. Y se comprometieron a esculpir la imagen del Señor Cautivo a condición de que el pueblo guardara absoluta reserva sobre su presencia. Nadie, además, debía interrumpirlos durante sus labores y los alimentos les serían servidos solamente al amanecer.
Ningún poblador debía verlos trabajar. Pasó el tiempo y la curiosidad de los ayabaquinos pudo más que su paciencia.
Querían ver los avances de trabajo de los tres misteriosos caballeros. Los pobladores se acercaron a la casa, llamaron insistentemente y, al no obtener respuesta, creyeron que se habían burlado de ellos. Entonces forzaron la puerta. En el interior no había persona alguna y la comida estaba intacta.
Pero ante ellos se alzaba, imponente y majestuosa, la escultura de un Nazareno con las manos cruzadas. Sólo entonces se dieron cuenta de que los autores eran ángeles vestidos de chalanes que al concluir la escultura alzaron vuelo y se perdieron.
Signo de identidad Ayabaquina
Fe y Devoción
La fe por el Señor Cautivo es inmensa llegando a superar toda frontera o todo obstáculo que se presente ; asi muchos peregrinos en Hermandades caminan hacia la tierra del cautivo , muchos de ellos llevando a cuestas una Cruz y entonando canticos de alabanza para el Cautivo.
Comparto con ustedes estos videos donde se aprecia el arraigo de la devoción por el Cautivo.
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